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EL PARTO ORGÁNICO

Actualizado: 13 ene 2020

Engendrar, parir y amamantar son vivencias sexuales. No sólo por la exclusividad de uno de los dos sexos y el protagonismo de los órganos sexuales, sino por la relación directa e indisociable con el PLACER


Y ahí nos perdimos... Nunca tenemos en cuenta la sexualidad cuando hablamos de maternidad; cuando es básico para entender todo lo que tiene que ver con ser madre (desde la concepción, pasando por la gestación, el parto y el puerperio). La maternidad es una experiencia esencialmente sexual.


Por eso Victoria Sau decía que para recuperar la verdadera maternidad hay que recuperar nuestra sexualidad.

El parto con dolor es la herencia de la maternidad patriarcal: una maternidad de dolor, de esclavitud, de carga y de sufrimiento, decía Casilda Rodrigáñez


La idea principal es que el parto es un acto sexual igual que embarazarse y que, por lo tanto, necesitamos lo mismo para ambas cosas: rendirnos


Es decir, nada. Nos preparan para aguantar el parto, aguantar el dolor, para respirar de tal forma o tal otra, para empujar, para tener pensamientos positivos, mantras "yo sé parir"... Cuando lo único que necesitamos es no hacer nada. Y eso sí hay que entrenarlo...


Parir es un acto sexual y, como todo acto sexual, la confianza, el bienestar y la relajación son imprescindibles para que aparezca el placer.


Este placer hace que el útero pulse sin espasmos y que el canal vaginal y toda la estructura de la pelvis se abran al máximo. Quien lo hace posible es sólo el PLACER


Nuestra mente siempre quiere saber, ordenar, controlar... Pero parir está al otro lado de todo esto. Parir es una muerte, es soltar, es rendirse y permitir que la vida haga su curso natural.


No sabemos parir pero nuestro cuerpo sí sabe. Tan sólo necesitamos que él recuerde


PARIR CON DOLOR


La recuperación del parto orgánico es para mí el elemento fundamental para el desarrollo de una maternidad sana, y en consecuencia, de una sociedad sana.

Creo que no ha ninguna manifestación más revolucionaria que recuperar nuestra sexualidad y una de sus grandes expresiones: EL PARTO CON PLACER

Y no hablo de sexo: hablo de deseo, de gozo y de placer. De integrar nuestra parte más instintiva, salvaje y animal. La parte que hay en nosotras que sí sabe como parir.


Y hablando del cuerpo, no hablaría tanto del clítoris ni de la vagina. Hablaría del útero nuestro órgano sexual por excelencia. El órgano que, tras varios milenios de socialización en nuestra desconexión corporal, ya no percibimos y que se ha vuelto espástico.



Y aquí está la clave: la desconexión total con nuestro principal órgano sexual hasta tal punto que no sólo vive en permanente rigidez y contracción, sino que además no podemos ni siquiera sentirlo.

Obviamente, el parto orgánico y natural no es algo que me esté inventando. Aunque ciertamente el cuerpo de la mujer no está nada estudiado en comparación con el del hombre (que siempre ha sido el modelo), esta forma de parir está documentada y estudiada a nivel médico, ginecológico y antropológico por algunos profesionales.



Por ejemplo, el obstreta inglés Grantley D. Read, después de varios años de profesión, empezó a pensar que el dolor en el parto podría ser algo patológico.

Después de diversos estudios e investigaciones, llegó a la conclusión que "el dolor constituye un sistema de defensa destinado a alertarnos de alguna agresión o disfunción de algún órgano o sistema"

Y confirmó que no hay proceso fisiológico que en condiciones normales de salud se produzca con dolor

En su tesis doctoral, Claudio Becerro de Bengoa, asegura que "el dogma del parto doloroso, peligroso y penoso, como ha surgido en el transcurso de nuestro desarrollo cultural, crea un miedo de expectación responsable de los dolores y de muchas de las complicaciones que de ello se derivan"


Montaigne en el sXVI afirmaba que había pueblos enteros donde se desconocía el parto con dolor y Bartolomé de las Casas que los partos de las mujeres índigenas del caribe que había conocido se producía sin dolor.


Incluso Ambroise Paré, en su tratado de anatomía afirmaba que "la acción y utilidad de la matriz es CONCEBIR y ENGENDRAR con extremo PLACER"

O lo que dice Frederick Leboyer que lo que hasta ahora se había conocido como contracciones uterinas adecuadas en realidad son calambres, contracciones altamente patológicas.


El útero debería distenderse suavemente con un movimiento rítmico y ondulante a lo largo de sus haces de fibras musculares


PARIR CON PLACER


Entonces, ¿cómo es posible que un útero se abra con dolor o con extremo placer?


Para mi, la creencia instalada que el parto es naturalemente doloroso es otra de las claves para perpetuar este tipo de nacimientos. La otra la encontramos en el útero


El útero es una bolsa formada por diferentes grupos musculares con una puerta de salida: EL CÉRVIX

En el cérvix, estos grupos musculares se concentran para poder cerrar herméticamente y sostener el feto, la placenta y el líquido amniótico en contra de la fuerza de la gravedad.


El útero es un órgano extremadamente fuerte (aguanta 10 o 12kg con la musculatura del cérvix), elástico (creciendo con la criatura) y flexible (con la total relajación y distensión se abre hasta 10cm)


El sistema de cierre y apertura depende del sistema neuroendocrino y del neuromuscular el cual, a su vez, depende de la sexualidad de la mujer. Y este dispositivo no es otro que el orgasmo o la excitación previa.


El útero, con sus fibras musculares longitudiales y las circulares, sólo tiene un movimiento posible: la pulsión. El movimiento de palpitar semejante a un corazón, a como se mueve un pulpo o una medusa.


Éste es el movimiento natural del útero sano generador del máximo placer femenino: EL ORGASMO cérvico-uterino


Cuando no se produce la relajación del sistema nervioso parasimpático es cuando las fibras musculares circulares no se distienden, no se mueven acompañando acompasadamente las fibras musculares longitudinales y el útero hace espasmos; un movimiento espasmódico que produce fuerte dolores como calambres, que son las conocidas "contracciones"


En resumen, el cérvix no dilata cuando la mujer está con el sistema nervioso simpático activado.


Y es natural, la fisiología del parto detiene el proceso cuando aparece un riesgo. Si la mujer siente miedo o está en estado de estrés, todo se contrae y desaparece el ingrediente principal para el proceso de parto: la extrema relajación.


El miedo es incompatible con cualquier acto sexual; toda sexualidad necesita la confianza en el entorno, activación del tono vagal (sistema nervioso parasimpático) y la desconexión del neo-córtex ( el control, el razonamiento,...)


Y este es el entrenamiento, recordar. Porque nosotras no sabemos parir y todo lo que nos han contado no ayuda. Pero nuestro cuerpo sí sabe y tiene memoria.


PREPARACIÓN AL PARTO ORGÁNICO

Llevamos tantos años de desconexión del propio cuerpo, del placer, del instinto, de la sexualidad; tanta represión, dolor, desconocimiento y sobretodo, hace tanto que creemos que parir duele, que lo primero que tendremos que recuperar, a parte de nuestros cuerpos, será la creencia de que podemos parir con placer.


Sólo creyendo que es posible parir con placer lo podremos intentar y conseguir cambiar la forma de dar vida y la forma en que los humanos llegamos al mundo, que no es poco...


Así que, es importante que tengamos en cuenta que:

1. se puede parir con placer

2. vivimos desconectadas del útero y en tensión

3. hay que entrenarnos

🌿 los OBJETIVOS: — Comprender el funcionamiento del cuerpo femenino en el proceso de parto — Tener claras las bases para el acompañamiento — Conocer los ejercicios para la recuperación del útero espástico — Diferentes prácticas para la mobilidad, apertura y elasticidad pelviana — Practicar el entrenamiento vaginal para la pulsión uterina — Vivenciar un estado de relajación profunda que nos permita entrar en estados extáticos Y, sobretodo, crear una experiencia de verdadera reconexión corporal en la que podamos desarrollar nuestra capacidad de rendirnos al placer a través de prácticas meditativas Vaya, el mejor entrenamiento del mundo: el de apagar el neocórtex, de conectar con nuestra animalidad, la confianza y el PLACER INFINITO

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